Hace ya una semana que fue mi cumpleaños y, entre unas cosas y otras, todavía no me he enterado. En general me suele hacer ilusión que sea mi cumple, y este año más aún porque (todavía no sé por qué) la consejería de educación nos ha dado el 25 de febrero como no lectivo y me he ido a una casa rural con un grupo de amigos.
Pero el domingo pasado me encontraba pachucha, el lunes estaba como zombi (recuerdo que mi señor esposo me despertó con un "sé que no te importará, pero feliz cumpleaños"), el martes estaba acatarrada, y llevo desde el miércoles con tal afonía que no podría emitir un sonido ni aunque mi vida dependiera de ello.
No poder hablar es una situación rara que me tiene desquiciada. Porque no es sólo no poder hablar, es que tampoco te puedes reír, ni llamar a alguien para que te espere. Incluso alguien me dijo que no podía conducir puesto que no podía jurar en arameo si otro conductor me hacía alguna jugada. Como mucho puedes patear el suelo, agitar los brazos y golpear la mesa en un intento desesperado de que alguien te haga caso. Durante un rato es divertido intentar hablar por señas, pero mis señas no consiguen expresar todo lo que quiero decir. Y está la opción de escribir, pero es muy lenta... Aunque lo mejor es la cara de tonta que se te queda cuando coges el teléfono y te das cuenta de que la otra persona no te oye.
Por lo demás el fin de semana ha estado muy bien. Hemos trepado hasta lo alto del castillo de Turégano (donde me daba miedo perderme porque sabía que no podía llamar pidiendo auxilio) y después hemos hecho una ruta por las hoces del Duratón. Tanto subir y bajar me dejó con agujetas, claramente tengo que ir a triscar por el monte con más frecuencia. También nos hemos ahumado (aunque no conseguimos que la chimenea funcionara bien) y hemos comido como bestias. Y a la vuelta estuvimos machacando nuestras agujetas en las murallas de Buitrago.
Vamos, que ha sido un fin de semana estupendo aunque silencioso, al menos por mi parte. Y ahora tengo unos días más de baja a ver si me vuelve la voz.
PD: No todo el fin de semana ha sido estupendo. Pero no es el momento ni el lugar para hablar de ello.