domingo, 24 de octubre de 2010

Cacahuete se fue

Ya no hay más Cacahuete, se fue. Cuando se suponía que tenía que sacar sus bracitos por algún motivo decidió que se plantaba y que no seguía adelante. Así que anteayer me hicieron un legrado. Al volver a casa dormí como un bebé y durante casi doce horas, es lo que tiene que te pongan anestesia general, aunque sólo sea durante un ratillo. Pero hoy no puedo dormir. No, no me duele nada, y de hecho me encuentro físicamente bastante bien: vuelvo a entrar en mis vaqueros, no me molestan los tacones, no me caigo de sueño a todas horas... pero tampoco consigo dejar de llorar. Me he tomado un par de valerianas y me he leído lo que tenía retrasado en el Reader, pero ni por esas. Y sé que llorar no me vale para nada, y dudo que escribir me vaya a funcionar, y estoy pensando en cortarme el pelo... También sé que el primer trimestre es como de prueba, que muchas veces se estropea (sobre todo en el primer embarazo), que nos salió al primer intento y hay gente que tarda año y medio en conseguirlo, que ahora basta con esperar unos meses y volver a ponerse a ello, que mejor que Cacahuete tomara la decisión de irse por su cuenta a que hubiera tenido que tomarla yo cuando me dijeran que no iba bien, que todo esto no es más que un retraso de unos meses en mis planes y que tengo toda la vida por delante. Todo eso lo se, pero nada me consuela. De hecho, desde que empecé esta entrada en lugar de irme calmando lo que estoy haciendo es llorar más.

Me parece que sí que me voy a coger un par de días de baja...

Nota: escribí esto la madrugada del sábado al domingo. Hoy ya es martes por la mañana. El médico me dio toda esta semana de baja y creo que me la voy a quedar, aunque sea para ir a la pelu y para poder saltarme el atasco del viernes e irme a ver a mis padres.