martes, 16 de agosto de 2011

Recaída

Pues sí, he vuelto a caer en el World of Warcraft. Puedo echarle la culpa al estrés de final de curso, a que Los Sims 3 no me entretienen como lo hacían Los Sims 2 (aunque he de decir que el Sims Medieval ha sido una grata sorpresa), a que tengo una compañera en el insti que juega (aunque sea en la horda, nadie es perfecto), a que tenía ganas de ver la expansión que salió a primeros de año, o a todo a la vez. En cualquier caso, el resultado es el mismo: vuelvo a tener una suscripción al WoW y a jugar de vez en cuando.

Nos hemos ido a un servidor diferente porque aún no estamos preparados para volver al guild (1), que al final nos liamos y acabamos farmeando (2) recursos para poder ir de raid (3). (Sí, no sólo he recaído yo, he liado al informático también).

Primero, las cosas buenas: el mundo ha cambiado totalmente, lo que implica misiones e historias nuevas por todas partes. Por ejemplo, me lo he pasado genial en Redridge Mountains (sí, ya sé que ahora hay servidores españoles y que han traducido todos los nombres, pero empecé a jugar antes de que existieran y nunca me trasladé, así que sigo sabiéndome los nombres de los sitios en inglés). En el mapa viene todo: dónde están los bichos que buscas, o el tesoro escondido, o esa persona que estás tratando de buscar. Y si señalas la misión te pone una flecha en el minimapa para que no corras el riesgo de perderte. La última adición es que ni siquiera tienes que ir a buscar las rutas de vuelo porque te las van abriendo según vas subiendo de nivel.

En cuanto a los inconvenientes, el mayor es que todo es quizá demasiado fácil. Lo han simplificado todo tanto que a veces hasta me canso de jugar al cuarto de hora de empezar. Además ahora te dan una cantidad obscena de puntos de experiencia cada vez que arrancas una flor, lo que hace que las primeras zonas se te queden "pequeñas" demasiado rápido y que te encuentres en nivel 40 necesitando lino para hacer vendas de primer nivel porque no conseguiste suficiente en su momento y ahora los bichos sueltan seda.

Pero, en general, estoy contenta con mi recaída.

(1) Guild: gremio. Sirve para tener un grupo de conocidos/amigos con los mismos intereses. Puede ser simplemente para socializar (como era el nuestro, y debe seguir siéndolo) o para personas que se lo toman más en serio y quieren vencer a todos los enemigos del juego, por duros que sean.

(2) Farm: granja. Como verbo significa realizar acciones repetitivas para conseguir materiales para ir mejor preparado al raid (3).

(3) Raid: instancia a la que tiene que ir un grupo de personas, preferiblemente organizado, y que es más difícil que las de su mismo nivel. Ahora creo que los raids son sólo de 10 ó 25 personas, pero cuando nosotros empezamos a jugar eran de 40 y podían llevar toda la tarde del domingo (¡qué tiempos los de Molten Core!).

sábado, 28 de mayo de 2011

De rodríguez

Este fin de semana me quedo sola en casa porque me han secuestrado al informático para llevarlo a algún lugar recóndito a una despedida de soltero. Se lo llevaron el viernes antes de que llegara a casa y no creo que llegue antes de la cena del domingo.

Así que ayer llegué a casa, eché la llave (es lo que tiene ver demasiadas series de asesinos psicópatas), comí algo, me eché una siesta y me dediqué la tarde a mí misma: baño con bolitas de aceite, mascarillas, cremitas, manicura y pedicura. Una cena ligerita, Mentes criminales, un rato de lectura, y una noche de sueño reparador con toooda la cama para mí sola.

Hoy ya tengo que ponerme un poco de maruja, y luego me voy a patinar, y mañana una exposición por la mañana y un café por la tarde. No sé si me dará tiempo a corregir los exámenes que tengo que corregir...

lunes, 28 de febrero de 2011

Cumpleaños extraño

Hace ya una semana que fue mi cumpleaños y, entre unas cosas y otras, todavía no me he enterado. En general me suele hacer ilusión que sea mi cumple, y este año más aún porque (todavía no sé por qué) la consejería de educación nos ha dado el 25 de febrero como no lectivo y me he ido a una casa rural con un grupo de amigos.

Pero el domingo pasado me encontraba pachucha, el lunes estaba como zombi (recuerdo que mi señor esposo me despertó con un "sé que no te importará, pero feliz cumpleaños"), el martes estaba acatarrada, y llevo desde el miércoles con tal afonía que no podría emitir un sonido ni aunque mi vida dependiera de ello.

No poder hablar es una situación rara que me tiene desquiciada. Porque no es sólo no poder hablar, es que tampoco te puedes reír, ni llamar a alguien para que te espere. Incluso alguien me dijo que no podía conducir puesto que no podía jurar en arameo si otro conductor me hacía alguna jugada. Como mucho puedes patear el suelo, agitar los brazos y golpear la mesa en un intento desesperado de que alguien te haga caso. Durante un rato es divertido intentar hablar por señas, pero mis señas no consiguen expresar todo lo que quiero decir. Y está la opción de escribir, pero es muy lenta... Aunque lo mejor es la cara de tonta que se te queda cuando coges el teléfono y te das cuenta de que la otra persona no te oye.

Por lo demás el fin de semana ha estado muy bien. Hemos trepado hasta lo alto del castillo de Turégano (donde me daba miedo perderme porque sabía que no podía llamar pidiendo auxilio) y después hemos hecho una ruta por las hoces del Duratón. Tanto subir y bajar me dejó con agujetas, claramente tengo que ir a triscar por el monte con más frecuencia. También nos hemos ahumado (aunque no conseguimos que la chimenea funcionara bien) y hemos comido como bestias. Y a la vuelta estuvimos machacando nuestras agujetas en las murallas de Buitrago.

Vamos, que ha sido un fin de semana estupendo aunque silencioso, al menos por mi parte. Y ahora tengo unos días más de baja a ver si me vuelve la voz.

PD: No todo el fin de semana ha sido estupendo. Pero no es el momento ni el lugar para hablar de ello.

sábado, 19 de febrero de 2011

El curso de prácticas

Cuando aprobé las opos en julio hubo mucha gente que pensó que ya estaba todo hecho. Esto no es exactamente así.

Por un lado, este primer curso es de prácticas, independientemente de tu experiencia previa. Es decir, puedes llevar quince años trabajando de interin@ en la enseñanza pública y aun así el primer curso estarás a prueba. Normalmente casi nadie suspende el año de prácticas, pero siempre hay alguien que conoce a alguien que sí que suspendió. En esencia, cuando estás en prácticas realizas tu trabajo normalmente, pero además:
- tienes que hacer el curso de funcionarios en prácticas, al que no puedes faltar más de un día, tanto si está justificado como si no (eso es motivo de suspenso automático del año de prácticas). Este curso es sobre todo de legislación y normativa. Vamos, un rollazo. Es verdad que nos han contado algunas cosas interesantes, y quizá lo más curioso ha sido escuchar las distintas opiniones que tenían los ponentes (desde el director que echó de su despacho a un alumno por llevar una estrella de Mercedes colgada del cuello hasta el inspector que quiso convencernos de que el futuro está en que los alumnos trabajen con micropoyectos). Pero en definitiva han sido siete tardes perdidas.
- quizá sea el año en que es más probable que el inspector vaya a ver cómo das clase.
- hay que escribir una memoria que también te evalúan.
- tanto el director del centro como tu jefe de departamento van a escribir un informe sobre ti, así que más te vale no estar a tortas con ellos (no es mi caso :-) ).

Por otro lado, una vez aprobadas las prácticas seré funcionaria de carrera, sí, pero estaré en expectativa de destino. Esto quiere decir que puedo seguir teniendo que cambiar de centro cada curso con un poco de mala suerte. Y en mi especialidad me han dicho que suelen tardar unos ocho años en darte el destino definitivo...

Pero lo cierto es que estoy encantada de haber aprobado, y cuando veo lo mal que están las cosas este año (las listas de interinos que no avanzan, que no les van a pagar el verano ni aunque hayan trabajado todo el curso, lo que les están tomando el pelo a los maestros con que ahora sí hay oposición, ahora no, ahora sí pero con pocas plazas,...), cada vez me alegro más.

martes, 25 de enero de 2011

Tantos temas, y tan poco tiempo

Casi se ha acabado el mes de enero y aún no he escrito ninguna entrada en lo que va de año. Y no es por falta de temas, no. Podría escribir sobre el curso de Funcionaria en Prácticas, sobre los juegos que me han traído los Reyes Magos (todos con miles de fichitas de madera, si es que me conocen muy bien...), también tengo fotos de un pescado al horno con verduras y arroz que hice el otro día en mi propósito de cocinar,...

Vamos, que tengo miles de temas y no encuentro el momento de sentarme a escribir, pero sigo por aquí.